CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI recordó hoy "ante la fácil conclusión de considerar el mal como el efecto de un castigo divino" que el Evangelio "proclama la inocencia de Dios, que es bueno y no puede desear el mal".
El Pontífice así lo manifestó durante su tradicional rezo del Ángelus dominical ante miles de fieles que acudieron hoy a la plaza de San Pedro y en el que recalcó: "Las adversidades y los acontecimientos dolorosos no deben suscitar en nosotros la curiosidad o la búsqueda de presuntos culpables".
"Deben representar ocasiones para reflexionar, para vencer la ilusión de poder vivir sin Dios, y para reforzar con la ayuda del Señor, el compromiso de cambiar de tipo de vida", precisó.
El Papa recalcó que "ante el pecado, Dios se revela lleno de misericordia y no falta a llamar a los pecadores a evitar el mal, a crecer en su amor y a ayudar al prójimo que tenga necesidad, para vivir la alegría de la gracia y no ir hacia una muerte eterna".
Joseph Ratzinger tuvo especiales palabras, tras el rezo del Ángelus, para las familias que en Francia han sufrido las consecuencias del temporal que "se cobró numerosas víctimas".
El Papa saludó además a los peregrinos de lengua española que participaron en la oración y afirmó que La Cuaresma es "una ocasión propicia para renunciar al egoísmo y a la superficialidad".
Benedicto XVI acudió a primera hora de la mañana a la parroquia romana de san Juan de la Cruz, en el norte de la ciudad, donde celebró una misa, en la que fue su novena visita de esta índole desde el inicio de su Pontificado.
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