
Si el Mundial de 1978 supuso la consolidación de los televisores en color en el mercado argentino, la cita de Sudáfrica será recordada por el "boom" de las pantallas de LCD, cuyas ventas han aumentado un 350% en el primer cuatrimestre de este año con relación al mismo periodo de 2009.
Portavoces de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) consultados por Efe atribuyen este espectacular incremento a la recuperación del consumo interno tras la crisis económica global y a las ventajosas ofertas para la compra de televisores.
Las principales tiendas electrónicas ofrecen desde hace meses en Argentina la posibilidad de comprar un televisor LCD (pantalla de cristal líquido) en 50 cuotas sin intereses, es decir hasta el año 2014.
Los televisores más vendidos son los de 32 pulgadas, cuyo precio oscila entre los 3.600 (unos 911 dólares) y 4.300 pesos (1.088 dólares), lo que equivale a una cuota mensual media de 79 pesos, cerca de 20 dólares.
La consultora Gfk estima que sólo en abril las cadenas minoristas argentinas vendieron un 400 por ciento más de televisores LCD que en el mismo mes de 2009, gracias al efecto Mundial y a las ofertas comerciales, con rebajas de hasta un 17 por ciento en el precio de estas pantallas en los últimos 12 meses.
"Pese a que el 2009 no fue un buen año para la venta de tecnología en general, el LCD fue una de las excepciones y las ventas crecieron de manera sostenida", aseguró Roxana Nakazato, analista de Gfk.
La cita futbolística también ha incidido en las importaciones de electrodomésticos en Argentina, que subieron un 27,4% en el primer trimestre de 2010 respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 129,8 millones de dólares, según un informe de la consultora IES.
Los televisores representaron un 22,9% del conjunto de electrodomésticos importados en los primeros tres meses de 2010, añadió el estudio.
Al calor mundialista, el Gobierno de Cristina Fernández comenzó el reparto gratuito de 1,2 millones de decodificadores de televisión digital entre beneficiarios de planes sociales, mientras que la Alcaldía de Buenos Aires instalará dos pantallas gigantes para que "todos" puedan "compartir la pasión" por el fútbol.
En entusiasmo de los hinchas también ha disparado la venta de un sinfín de artículos con los colores argentinos -azul y blanco-, desde las tradicionales camisetas y banderas nacionales hasta los objetos más variopintos, como termos de agua para mate, relojes o encendedores.
La fiebre "albiceleste" estalló con los recientes festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810 que culminó en la independencia de Argentina y se mantendrá durante el Mundial.
La CAME estima que las ventas de productos relacionados con los colores de la bandera nacional aumentó un 70 por ciento entre enero y abril respecto al mismo periodo del año pasado y espera que durante la cita de Sudáfrica crecerá hasta un 40 por ciento sobre la última Copa del Mundo (Alemania 2006), aunque vincula estos cálculos a los resultados de la selección argentina.
La camiseta de la selección argentina, con precios que oscilan entre los 50 y los 126 dólares en función de su calidad, es uno de los productos más demandados, hasta el punto de que la alemana Adidas, proveedora oficial del equipo nacional, confía en vender unas cuatro millones de unidades si la albiceleste llega a la final.
El tirón de la Copa del Mundo se ha traducido también en un auge de la demanda de antiguas camisetas de la selección, como la que vistió Diego Armando Maradona en México 1986, que se puede conseguir por un precio medio de 90 pesos (unos 22 dólares) en internet.
El Mundial de Sudáfrica generará, según estimaciones de la FIFA, un volumen de negocios de 7.000 millones de dólares y será seguido por una audiencia global de 30.000 millones de personas
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