
Ella nunca imaginó que un vaso de aluminio contenía el “ácido del diablo” que desgarraría su vida. Se dispersó por todo su cuerpo dejándole marcas imborrables.
Un solo chorro fue suficiente para llenar a Ana Miriam Núñez de sufrimientos.
Mily Doñé es otra víctima del conocido “ácido del diablo”. Apenas lleva nueve meses con el cuerpo quemado.
Su vida cambió el 19 de diciembre del pasado año.
La amante de su esposo materializó las amenazas que durante meses le había manifestado. Aunque estaba separada en ese entonces del padre de sus dos hijas, ella decidió cometer el hecho.
La mujer, de 27 años de edad, explicó que María Josefina (su agresora) la esperó en un callejón cerca de su vivienda en Guachupita, donde le lanzó el ácido en la espalda. “Aunque me ardía la espalda corrí hacia ella.
Llegamos corriendo hasta su casa, donde su cuñado me agredió y caí al suelo, allí ella terminó de rociarme el líquido por todo mi cuerpo”, narró. La agresora está prófuga.
La han operado tres veces, pero con mínimos resultados.
No tiene visibilidad en el ojo derecho debido a que perdió la córnea a causa del ácido.
“Me gustaría que me ayuden a reconstruir mi rostro.
El bolsillo está agotado, los medicamentos son muy costosos”, exclama Mily con un buen espíritu de lucha.
Antes de la tragedia trabajaba como conserje en una clínica. Fue contratada por una empresa privada, la cual no le paga ninguna remuneración ni licencia, aún en su condición.
Atribuye que sean tan comunes estos casos en los últimos meses a que las leyes son muy suaves. “La pena debería ser 30 años. Vivir quemado es peor que morir, ya que el muerto no sufre”, expresó Milly mientras sus expresiones corporales denotaban impotencia.
LOS RASTROS DE UN PRODUCTO PELIGROSO
SUSTANCIAS MORTÍFERAS
“Ácido del diablo” se le llama a la sustancia mortífera para el ser humano que contiene los productos destinados a destapar baños y tuberías domésticas, y que se genera por la combinación de sustancias inflamables. Es una combinación de químicos cuyos componentes las autoridades no han podido descifrar totalmente, pero que son de alta peligrosidad.
CANTIDAD DE PACIENTES
El 14% de los pacientes que ha atendido la Unidad de Quemados del hospital Luis Eduardo Aybar, en sus 17 años de servicio, presentan lesiones producidas por ácido del diablo. De forma ambulatoria se han atendido con este problema a 37 mil personas, de las que han quedado ingresadas 4,000.
SE USA COMO ARMA CRIMINAL
El denominado “ácido del diablo” es usado mayormente en los barrios marginados del país, como arma criminal contra quienes se consideran enemigos de la víctima, generalmente por enfrentamientos pasionales, deudas de dinero, venganzas, violencia doméstica y riñas.
LA ROPA PARA ESTOS QUEMADOS
Los pacientes quemados con este ácido requieren de un vestuario especial que evite el surgimiento de queloides y contracturas en la piel, luego de sobrevivir a quemaduras de segundo y tercer grado. Inclusive, hay sastrerías que se dedican a confeccionarlas, debido a la gran demanda.
PROPUESTA DE UNA AFECTADA
Ana Miriam Núñez sugiere que se cree una institución que brinde ayuda psicológica a las víctimas del “ácido del diablo”, para que puedan sobrevivir ante ese drama que viven cada día. Da gracias a Dios porque le ha dado fuerzas para no tomar la decisión de acabar con su vida.
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