
A primera vista podrían ser hermanas, pero si mira de nuevo el panorama es alarmante.
Son de hecho, una madre de 26 años y su hija.
Tras sufrir anorexia desde los once años, Rebecca Jones pesa menos que su pequeña Maisy.
Y su marco aterradoramente delgado es exacerbado por el contraste cuando llevan la misma ropa.
La secretaria sobrevive a base de sopa, pan tostado y bebidas energéticas, aunque los médicos le han advertido que la falta de nutrientes podría matarla. Al mismo tiempo, anima a Maisy a que disfrute de toda la comida, especialmente chocolate y bizcochos.
Jones, quien es ocho centímetros más alta que su hija, dijo: “Usar la misma ropa que Maisy me da una sensación de orgullo. Se que está mal, pero me hace sentir bien. No creo que yo soy delgada siempre me veo a mí misma como más grande “.
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