El fenecido se hizo famoso en vida porque gustaba regalar mentas, dulces y golosinas a personas conocidas.
En un caso insólito, los que llegaban a tributarle el último adiós al hombre, nativo en la comunidad de Las Guásumas, se acercaba a su ataúd e inmediatamente arrojaban algunas mentas y golosinas como una muestra de recordación y agradecimiento.
“Nuestro padre gustaba regalar mentas a toda las personas que llegaban a su casa, siempre tenía mentas y las repartías entre niños, jóvenes y los adultos que venían a visitarle, saludarle o contarle cualquier historia”, expuso Solís Castillo, uno de sus hijos, quien fuera dirigente del PLD.
En el cementerio seguían depositando sobre su ataúd algunas mentas de distintos colores y sabores, ya que parecía ser la mejor manera de expresarle el agradecimiento agradable el popular personaje.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja Tu Comentario .......