Se pudo comprobar que la gran mayoría de las fotos corresponden a jóvenes que no sobrepasan los 15 años. Una menor cantidad son de jóvenes con edades entre los 17 y 22 años.
En su gran mayoría, las fotos fueron tomadas en moteles y en lugares cerrados, en diferentes posiciones, y en más de un 90 por ciento totalmente desnudas, en poses extravagantes y en otras sosteniendo relaciones sexuales, hasta lésbicas.
El comunicador y trabajador social Romeo Blanco presume que la gran mayoría de las jovencitas dedicadas a esta práctica se toman las fotografías bajo los efectos de alucinógenos, ya que se han hecho con celulares hasta películas pornográficas caseras.
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