Posteriormente su cuerpo se puso rígido y fue declarada muerta. Las hijas lavaron y vistieron el cuerpo y estaban a punto de ponerlo en el ataúd, cuando de repente su madre se despertó.
Al volver a la vida, la anciana decidió fijarse en el lado positivo del incidente y dijo que estaba orgullosa de que tanta gente hubiera acudido a su funeral. “Soy una mujer afortunada”, dijo Xiuhua. “No solo pude ver a cuántas personas les importo, sino que también me desperté antes de que me llevaran al crematorio
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